Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

sábado, 26 de mayo de 2012

Cinco de Reencuentro.

Para cada encuentro habrá un desencuentro, y para cada desencuentro, siempre un reecuentro.
Cuatro de mis cinco de reencuentro.


I Mis ganas de ti.

No veía la hora para empezar a escribir, escribirte,
bajo tantas gotas juntas, tanto frío empañando el vidrio.
Habrá sido un juego del destino, o nuestra unión, conexión
por la que los dos vestimos de gris en nuestro reencuentro.

Me lo pregunto sin ganas de querer saberlo,
siguiendo con frío…
con las ideas congeladas en la punta de mis dedos,
al borde del sueño.

Te has vuelto un delirio,
un delirio divino.
Llego a pensar que amas sangrar mis hojas,
tanto como yo amo tu barba, tus andanzas,  
tus lecciones de números mayas sobre mi cama.

Tan desconocidos, tan conocidos, tan siempre perdidos.
Vamos despacito recordando nuestro lenguaje,
para nosotros un silencio es un “te quiero”
y una sonrisa un “no te olvido”.

II Nuestros pactos.

Yo recuerdo cada una de tus manías
y tú recuerdas que soy friolenta y me abrigas.
Y abusamos de nuestros silencios (esos que dicen te quiero)
para evitar la guerra hablando de lo indebido.

Vamos haciendo pactos,
tú dejas de pedir perdón y empiezas con las disculpas,
y yo no bebo de coca-cola ni una gota.
Me aceptas capitalista, yo te escucho anarquista…socialista.

Siempre ha sido así,
tú de fórmulas, yo de letras,
los dos de besos de fresa.

Hemos encontrado en nuestras diferencias la amalgama,
una taza de café en el desayuno,
una unión especial, una razón más,
una misma canción, tú con Enanitos, con Vicentico,
yo siempre con Andrés, el Calamaro Querido.

 III De lo que me gusta.

Confieso que ahora me avergüenza
aceptar entre versos lo mucho que te quiero,
que siempre te he querido.

Que he extrañado, por mucho,
las cenas con risas,
las pláticas eternas, nuestras caricias.

Pero lo digo y lo escribo
para que te quede claro,
yo jamás te olvido.

Ni olvido nuestro primer abrazo,
tímido,
ni el primer beso, medio robado,
medio pedido.

Ni los boletos que siguen guardados,
que jamás han sido usados.

Me gusta dormir acurrucada entre tus brazos,
me gusta saberte lejano, cercano,
saberte siempre extraño.

Me gusta colgarme de tus palabras,
volverte oración, que te creas chai
y me vuelvas canelita.

Que me sientas perdida,
lejana, hasta prohibida.

IV No es amor.

Para nosotros el amor
tiene una nueva connotación,
algo muy cercano a la libertad.
Nos obligamos a creerlo,
lo nuestro no es esa creencia,
no es amor,
eso debe ser algo más.

Más que amanecer viéndonos,
más que las risas y los consuelos,

y que estos años de reencuentros y desencuetros.
Deberá ser como la monopolización,
como la era de la tecnología,
seguramente como la globalización.

Lo nuestro siempre es menos.
Es sólo un paseo,
un viaje con vista al mar,
una despedida obligada y necesaria,
los sueños que a nadie más le cuento,
y el conteo de todos tus miedos.

Lo nuestro debe ser sólo cariño,
una broma del destino.
La primer mirada que ambos nos dimos,
momentos en la plaza Xicoténcatl,
y despedidas en Zapata y Balderas.

martes, 8 de mayo de 2012

Le pienso poquito


Siga usted arrancándome sonrisas pausadas, cansancios inoportunos, siga usted enseñándome y aprenda de mí. Siga usted arrancándome letras de a montón.







"qué delicia extrañarte
(...)
     y sentirte lejos 
            y ausentarme de ti 
ya te escribo como antes 
      como siempre 
             como nunca" 
Ibeth Hache.

He de confesarle, que a veces le pienso.
Y una mueca se postra sobre mi rostro,
yo no sé bien cómo sea, a veces de alegría,
de enojo (por aquello de que estamos lejos),
a veces, no sé yo.

Y yo le digo a mi pensamiento,
que deje de ser caprichoso, que se olvide de vos.

Y luego avanzo unos pasitos y le encuentro en esa nube
y pienso que es mi imaginación.
Tengo muchas cosas qué hacer
Y todas ocupan mi razón.

Ahora todo está mejor.

Pero en las noches siempre encuentro un ratito,
antes de que mis ojos se cierren solitos
vuelve a aparecer su voz.
Me dice  despacito: no me olvides por favor.
Yo la callo con ese argumento, con mi corazón:
Yo le olvidaré cuando me olvide vos.

Por la mañanas cuando me despierto,
no sea tan vanidoso, suelo no pensarle.
Llevo mucha prisa y en mi pensamiento no cabe.

Luego tomo papel y lápiz y decido hacerle poesía.
Eso es muy difícil, por que usted es más anarquía.
Ese cabello loco, esa barba y esa risa
no pueden plasmarse en dibujos, ni en melodías,
ni en escritos que rayo y estrujo como parte del enojo
que me causa no tenerle cerquita.

Sigo con mi día.

Hay días enteros, que le confieso, no le pienso.
No le pienso, no por que no quiera,
sino por que hasta el pensamiento de tanto recordarle
a veces se seca.

Necesito tiempo libre sin usted un momento.
Yo sé que a veces nos dejamos de ver,
nos dejamos de escuchar,
nos dejamos hasta (medio) olvidar.

Pero es usted muy necio,
aparece repentinamente en mi helado de fresa,
en mi flan, en mi sopa, y en mi té chai.
Otra vez me tiene, volviéndole a recordar.
entonces me decido, y le pregunto cómo está.

Usted lo sabe jovencito, siempre lo sabrá,
yo no le quiero poquito, yo le quiero un montonal.
Le quiero a la distancia, a mi ladito,
Le quiero cansado, desalineado, paseando por la ciudad.
A veces en el D.F., a veces en Texcoco, a veces en Tlaxcala,
donde sea siempre, siempre, le quiero igual.

He de confesarle, que a veces le pienso.
Y yo le digo a mi pensamiento,
que deje de ser caprichoso, que se olvide de vos,
pero ambos sabemos que, cuando se trate de
palabras sueltas, de mentiras descubiertas,
de cerrar las ventanas y abrir nuevas puertas,
de reír y llorar, de necesitarnos, a la distancia,
a la cercanía, en compañía o en plena soledad,
al final o al inicio, nos hemos de encontrar.

Usted cuenta conmigo, que yo sé,
que a mi lado siempre estará.
porque lo ha demostrado en cada oportunidad,
que sus oídos están dispuestos,
y sus brazos siempre me escucharán.

Así que, jovencito, no sea tan creído,
pero tenga en cuenta, que cuando sea necesario,
aquí me tendrá.

sábado, 5 de mayo de 2012

Demonio Querido

¿Serás real, o un sueño perverso? ¿Acabas de llegar, o nunca te has ido?
Somos parte de la postal perfecta.
Tú, con tus caras y muecas,
yo, desnuda entre tus piernas.

Sígueme hablando del universo,
sigue mostrándomelo con cada beso.
ajusta mi cuerpo al tuyo, 
que somos engranes conocidos y perversos.

Quema mi piel con tus caricias,
que está noche soy invitada especial
y no me aterra el infierno
si me quemo contigo.
Demonio, demonio querido.

Vuelve a reír con locura en mi oído,
vuelve a husmear por mis rincones,
a reconstruir mis emociones,
vuelve a desplegar tus alas
y llévame a volar.

Mira como nos hacemos uno 
con cada palabra, con cada mirada,
con cada silencio y cada suspiro,
con cada palpitar.

Toma mi mano y enséñame el camino
a la selva de tu ser,
déjame descubrirte…redescubrirte,
déjame enseñarte lo que en tu ausencia aprendí,
quiero saciar las ganas que tengo de ti.

Vuelve a ser mi demonio, vuelve a envolverme,
a enamorarme, a raspar mi cuerpo con tu barba,
vuelve a robarte mi alma…esta noche estoy a tus pies.

Dame de tu lengua agua de vida,
de tus manos caricias,
de tus brazos abrazos,
dame de tus palabras sabiduría.

Somos parte de la postal perfecta,
tú, aliviando mi frío con tus llamas,
yo, acariciando tu espalda, 
despertando tus ganas.

Arráncame la piel…
enséñame el mundo
devórame, destrózame,
inúndame. 

Demonio querido, 
somos un cuadro perverso y perfecto,
Yo, con mis caras y muecas,
Tú, desnudo entre mis piernas.