Me pregunto dónde andarás justo a esta hora.
¿Qué estarás haciendo tan
lejos y sin mí?
Me pregunto si pensarás en
esta Canelita,
mientras yo escribo para ti y
bebo té negro
para inspirarme y quitarme el frío.
O quizá para sonar interesante y hacer
que mi pensamiento se aclare
para recordarte.
Me pregunto si de vez en
cuando
evocas a tus pensamientos
el lugar en el que nos
conocimos,
si volviste a ir.
¿Qué has hecho desde entonces?
Y qué has hecho
sin mí.
Déjame contarte que algunas
veces te recuerdo,
¿o será que algunas veces te
olvido?
Algunas veces camino por los
lugares que
juntos recorrimos y pido un helado de fresa
en honor a ti.
¿Cuánto fue el tiempo que
pasamos juntos?
Cuántos fueron mis quince días junto a ti.
Cuántos besos que por
desgracia no conté.
Cuántos pasos que nos separaron.
Y de pronto viene a mi cabeza
la
tarde en
que te encontré.
Tan osadamente tú, tan
desgraciadamente allí,
tan
afortunadamente te vi.
Cómo fuiste a ser tan
imprudente
y te metiste en mi vida sin pedir permiso.
Me pregunto si recordarás
todo lo que yo
fui para ti.
Si pensarás en la noche en
que te quite
tus pesares y te llené de mí.
Me pregunto si con quien
estás te hace feliz.
Y no es que quiera ponerme
cursi para empezar
a decir tonterías que sé después olvidarás.
(Porque tú olvidas todo).
Es sólo que la nostalgia se
apoderó de mi corazón,
(o más bien, mi hipotálamo
que a esta hora
ya no sabe qué sentir).
Me pregunto qué tan larga es
tu barba,
si la habrás recortado,
y si sigues haciendo ese gesto
bobo
que adoptaste de mí.
Luego creo que me extrañas,
porque te extraño tanto que
siento que,
a la distancia, te contagio.
Y desgasto la tinta de mis
plumas de colores
y el grafito de mi lápiz, y
las hojas sueltas
que encuentro por ahí.
Todo.
Todo lo desgasto en palabras
locas para ti.
Y oculto tu nombre bajo mi
almohada,
y lo busco descaradamente en
todos los anuncios
que encuentro a mi paso,
porque,
de vez en cuando, me sigo
avergonzando,
y de vez en cuando te sigo
evocando.
¿Qué será de ti?
¿Qué harás en brazos de otra
que no soy yo?
Me pregunto si extrañarás mis
caricias,
mis besos, mis risas y mi sazón.
Si a escondidas relees mi
jodida alma que
muchas veces te plasmé.
Que muchas noches te
entregué.
Si conservas esas fotos de
cuando nos fuimos
tan lejos y quisimos nunca más volver.
Flaco, flaco querido,
me pregunto qué fue de ti.
¿Qué haces al final de todos
mis escritos?
¿Quién te arrulla sin pedir
permiso?
¿Qué haces, tan lejos y sin
mí?
3, 4.01.2012