A Luciano,
como si fuera muy poco
No habría querido quererte, amarte,
necesitarte nunca,
nunca, ni en esta vida ni en la eternidad.
No habría querido escuchar tus promesas,
No habría querido escuchar tus promesas,
creerlas,
guardarlas para siempre,
guardarlas para siempre,
para no romperlas,
para no quebrarme y tener una esperanza
de un amor tan lejano, tan distante, tan sólo mío,
tan falto de ti, de tu intensión, de tus ganas...
No habría querido sentirme tan sola,
ni tan sin dueño,
ni tan sin ganas,
ni tan sin sueños,
No habría necesitado esta vergüenza
de un amar tan sinsentido, tan puro, tan cierto,
tan rechazado y obstinado.
Ya no te amo, me dije anoche,
pero no he querido no amarte,
para no quebrarme y tener una esperanza
de un amor tan lejano, tan distante, tan sólo mío,
tan falto de ti, de tu intensión, de tus ganas...
No habría querido sentirme tan sola,
ni tan sin dueño,
ni tan sin ganas,
ni tan sin sueños,
No habría necesitado esta vergüenza
de un amar tan sinsentido, tan puro, tan cierto,
tan rechazado y obstinado.
Ya no te amo, me dije anoche,
pero no he querido no amarte,
no dejarme llevar por ti,
por tu piel olor a limón,
por tu piel olor a limón,
a fruta fresca,
no he podido no seguirte amando.
Y,
no he dejado de buscarte,
aunque ya no te encuentro.
no he dejado de buscarte,
aunque ya no te encuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario