Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

jueves, 7 de junio de 2012

Flaco Querido


Me pregunto dónde andarás justo a esta hora.
¿Qué estarás haciendo tan lejos y sin mí?
Me pregunto si pensarás en esta Canelita,
mientras yo escribo para ti y bebo té negro
         para inspirarme y quitarme el frío.
     O quizá para sonar interesante y hacer
que mi pensamiento se aclare para recordarte.

Me pregunto si de vez en cuando
evocas a tus pensamientos
el lugar en el que nos conocimos,
si volviste a ir.

   ¿Qué has hecho desde entonces?
                                           Y qué has hecho
                                                                 sin mí.

Déjame contarte que algunas veces te recuerdo,
¿o será que algunas veces te olvido?
Algunas veces camino por los lugares que
juntos recorrimos  y pido un helado de fresa
en honor a ti.

¿Cuánto fue el tiempo que pasamos juntos?
  Cuántos fueron mis quince días junto a ti.

Cuántos besos que por desgracia no conté.
       Cuántos pasos que nos separaron.

Y de pronto viene a mi cabeza la
                                     tarde en que te encontré.
Tan osadamente tú, tan desgraciadamente allí,
                                     tan afortunadamente te vi.

Cómo fuiste a ser tan imprudente
 y te metiste en mi vida sin pedir permiso.

Me pregunto si recordarás todo lo que yo
fui para ti.
Si pensarás en la noche en que te quite
tus pesares y te llené de mí.

Me pregunto si con quien estás te hace feliz.

Y no es que quiera ponerme cursi para empezar
 a decir tonterías que sé después olvidarás.
(Porque tú olvidas todo).
Es sólo que la nostalgia se apoderó de mi corazón,
(o más bien, mi hipotálamo que a esta hora
ya no sabe qué sentir).

Me pregunto qué tan larga es tu barba,
               si la habrás recortado,
y si sigues haciendo ese gesto bobo
              que adoptaste de mí.

Luego creo que me extrañas,
porque te extraño tanto que siento que,
a la distancia, te contagio.

Y desgasto la tinta de mis plumas de colores
y el grafito de mi lápiz, y las hojas sueltas
que encuentro por ahí.
Todo.
Todo lo desgasto en palabras locas para ti.

Y oculto tu nombre bajo mi almohada,
y lo busco descaradamente en todos los anuncios
que encuentro a mi paso, porque,
de vez en cuando, me sigo avergonzando,
y de vez en cuando te sigo evocando.

¿Qué será de ti?
¿Qué harás en brazos de otra que no soy yo?
Me pregunto si extrañarás mis caricias,
       mis besos, mis risas y mi sazón.
Si a escondidas relees mi jodida alma que
       muchas veces te plasmé.
Que muchas noches te entregué.

Si conservas esas fotos de cuando nos fuimos
 tan lejos y quisimos nunca más volver.

Flaco, flaco querido,
me pregunto qué fue de ti.
¿Qué haces al final de todos mis escritos?
¿Quién te arrulla sin pedir permiso?
¿Qué haces, tan lejos y sin mí?

3, 4.01.2012