Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

miércoles, 29 de octubre de 2014

Nostalgia III

A propósito de estos días.

Son las dos y tú no estás,
te pienso en un salón de clases,
cerca de donde estoy ahora,
con paso firme en medio de una marcha,
envuelto, como siempre, de tu amargada soledad,
de tu molestia por el mundo,
de tus luchas por las causas perdidas.

Me duele pensarte tan solo y desprotegido,
    añoroso,   distraído,
sin nadie que te prepare el café
o te escuche cuando por casualidad hablas.

Te extraño, es cierto,
escuchar tus escasas risas,
besar tus ojos tristes,
ponerte sobre mi pecho para dormir,
incluso venirte a escribir.

Sentarme frente a ti
mientras gritas por las injusticias,
y estudias a las cuatro de la madrugada
o lees a la luz de la vela a Nietzsche.

Me harás falta un poco,
cuando abra la ventana,
cuando camine más sola que tú,
cuando me extrañes, si lo haces...
Cuando por la noche me ponga a pensarte.

martes, 28 de octubre de 2014

Sábado

(Semanario)

Se nos cruzó la injusticia con vestido rosa, envuelta en frío,
no fue suficiente el humo de la tarde,
el cierzo de la mañana,
el centauro bailando
o las faldas que se ondeaban al compás del "Hare Krishna".

Hacía falta poner el chocolate en tus manos
y el chai en las mías,
encender la noche con pequeñas velas,
caminar hacia el altar por la alfombra roja
y levantar las manos para recibir la energía.

Hacía falta tu presencia a mi lado
para hacer peticiones, para orar, agradecer,
para reír a carcajadas
o guardar silencio mientras me regresas la luz.

  /Hacía falta visitar a Dios/

viernes, 24 de octubre de 2014

Viernes

(Semanario)

Se secaron las lágrimas
a punto de salir,
la madrugada fue salada
con acordes de Ibeth
y palabras de consuelo.

Me encontré en una analogía,
como una copa de vino,
y la mañana me sonrió
entre notas musicales
y manzanas con vainilla.

Que el viernes vaya lento
y el mundo sea de otros,
mientras en mi mano nunca falte la canela
         /ni en mis dedos las letras/

miércoles, 22 de octubre de 2014

Té de media noche

Dedicatoria omitida, como si escribiera, usted me encanta.

Voy deshojando el calendario en tazas de chai con vainilla
que se desbordan de deseos hacia ti.

Ordeno las letras que tengo en la cama
para abrigarte del frío con ellas,

para volverme seria, aprender a pedir disculpas,
decir gracias, por favor.

Cuelgo tus ojos en la ventana,
decoro con ellos la pared, el espejo, la recámara,

te vuelvo voyeur.

Pongo tu boca en mi espalda, mis manos en tu boca,
tus manos en el té, el té en mi vientre,

tu imagen en mi mente.

Se hace eterno el tiempo de espera, se amontonan los besos, las caricias,
me resulta extraño ese nuevo lenguaje.

Perpleja me detengo a admirarte,
me quedo quieta para que contemples,

para apreciar tu sonrisa, para que tus ojos sigan en la pared,
para que mis piernas se vuelvan hermosas...

Ansiosa, ya quiero beber ese té.