Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

martes, 17 de julio de 2012

Quédate a mi lado

La distancia nunca ha sido impedimento para el verdadero sentimiento de unión.

Quédate conmigo no sólo esta noche,
que es mágica, no lo niego,
que sabe a dulce sal, que huele a mar,
que trae consigo un abrazo memorial.

Quédate a mi lado hasta el final,
cuando la fe me pese, cuando los días me falten,
cuando los besos ya sobren y las palabras no alcancen,
dame tu mano, tu abrazo firme, tu sabia tranquilidad.

Quédate a mi lado en cada sueño,
en las llamadas que nos faltan, en los planes que juntos,
por separado, iniciamos, en las risas de madrugada,
en las noches de frío, en las tardes de llamas,
en las veces en que me inundo.

Quédate a mi lado ya en el fin del mundo,
cuando no haya más,
cuando los días se nos acaben,
cuando la música deje de gustarnos (si eso pasa),
cuando las lecciones de arte a mi lado terminen,
y tus enseñanzas lleguen al final.

Quédate a mi lado cuando sientas que es hora de bajar,
cuando estés hambriento, sediento,
cuando mis manos te puedan calmar,
quédate a mi lado cuando estés solito, acompañado,
cuando la felicidad te embargue,
cuando la vida nos embriague,
y los puros de café se nos consuman,
cuando las ganas se hayan fumado,
cuando de mi boca estés necesitado.

Quédate a mi lado, no sólo esta noche,
ni mañana, ni veinte paseos más,
hazlo en el último beso,
en mi mirada que te grita,
en mis letras que te pintan,
en mi voz que te llama.

Quédate conmigo, a la distancia

lejos, pero a mi lado.

viernes, 13 de julio de 2012

(Des)Varíes con tu nombre

A tu nombre que tanto me gusta...
I Al rayo del sol

Te he atrapado entre mis dedos.
Hagamos un trato:
mientras te tengo en mis manos
yo te cuento cuentos
y tú calientas mis miedos,
mis días fríos, usurpas mi soledad.

Te pondré sobre mis labios,
puedes atravesarlos.
Haz mi sangre transparente,
márcame la piel.

Te daré un nombre por minuto...
Serás Pedro...Oscar, Germán.
Quiero que seas Roberto, Eleazar.

Te llamaré rayo solar.

V Lluvia.

No es cualquier martes de lluvia
si me llueve a tu lado.

Se hacen charcos de agua
que reflejan la ciudad.

Todas las gotas que caen
dicen tu nombre.

Después de media hora de lluvia
no hay un rincón que no hable de ti.

VI Meses.

Jugamos a cambiarle
el nombre a los meses.

Entre dientes pido que diciembre
lo llames Anel.

En silencio bautizo
enero, mayo, agosto y noviembre.

En silencio ambos sabemos
que Eleazar será abril.

martes, 10 de julio de 2012

(Des)Varíes con tu nombre

II Tu recuerdo evaporado

Marco tu nombre
en el vidrio empañado
del autobús en que viajo.

En cada kilómetro
una de las siete letras
se evapora y se borra.

Voy cambiando de posición
para poder ver los restos
que de ti quedan.

Al llegar a mi destino
la mitad de la E
es la única que espera.


III Sopa de ti

Yo te como en mi sopa
dos veces por semana.

Busco letras tuyas
y las uno como
si fueran tú.

... Cuando te tengo enterito,
a veces desordenado,
empiezo a devorarte.

Primero la R
y luego la A.
Al final dejo la E.

La desmenuzo a trazos
y la como muy despacio.
 

 IV Tu nombre en las escaleras

El otro día fui
y me senté en el puente
de la avenida.

Quise entrar a
ese lugar anaranjado
llamado hotel 

pero no llevaba dinero
ni llevaba compañía.
Es otro día que me quedo
sin llegar a las escaleras
ni saber tu nombre.

Quizás otro día venga
con dinero, acompañada
de otro hombre.

jueves, 5 de julio de 2012

Guerra Perdida

Llevo días ganándole a la pluma y al papel
mordiéndome los dedos, comiéndome las uñas,
evitando escribir para ti (Usted).

Llevo días pintándome la sonrisa
con color de carmín (carmesí)
borrando mis ojeras, maquillándome el alma,

negando lo que fuimos,
ofendiéndote entre dientes
evitando extrañarte, soñarte.

Pero estas ansias necias
que se meten en las grietas de mi piel
me arrancan las letras
a sorbos, despacio, sin ganar por completo
la guerra que con tu recuerdo
hace días inicie.
Voy racionándome el lenguaje,
no quiero sobrantes, excesos,
obscenidades, para terminar diciendo
que te extraño, que te quiero.

Que no ha sido suficiente este tiempo
y no termina de salir de los cajones
tu olor y el eco de tu voz.

Llevo días siendo cobarde
por intentar ser valiente.
Invitando a otros hombres,
gritando otros nombres.

Aprendiendo fórmulas y números
para lograr olvidarme de tus letras.

Llevo días entre groserías,
entre calles perdidas,
entre museos y arte pop,
buscando la manera más osada,
menos fingida de explicarte
que te has equivocado.

Lo digo convencida, ha sido tu error.
Dejaste descolgado el teléfono,
terminaste las llamadas,
los mensajes, las cursilerías públicas
y las noches de pasión.

Te subiste al tren y bajaste a la mitad,
sin avisar,
y me dejaste esperando en la estación.

Llevo días pensando en lo que nos faltó:
el recorrido por la Vasconcelos,
el viaje a Tlaxcala, la noche de luciérnagas
y las tazas de café que en el tiempo
ya estaban agendadas
y decidiste no tomar.

Llevo días abriendo las ventanas,
recorriendo las cortinas,
indagando en mi memoria,
recreando tus gestos, tus palabras…
rebuscándote en las madrugadas.
 

Intentando explicareme qué nos pasó
aceptando mi derrota.
Entendiendo que no fui yo.

Gritándome en silencio que terminó.
Llevo días que se hacen meses ya,
sumando a mi espera, a mi lucha,
restándote a mi vida...evitando extrañarte.

Llevo días perdiendo la guerra
ante estos restos que sigo arrastrando
de un supuesto amor.