Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

sábado, 15 de marzo de 2014

Te resusito

Publicado inicialmente en el Boulevard de las letras rotas.

Te resucito de las cenizas,
de los recuerdos que me dejaste,
tan intangibles, tan pocos (aunque sean muchos),
tan insuficientes, tan plasmados en mí.

Te resucito por las mañanas,
al lado mío, desnudo como has nacido,
te resucito, lentamente, despacito.

Y sigo…

Te resucito en cada suspiro,
en cada rayito de sol que se cuela hasta mi sangre.
Te resucito con ganas de tenerte,
de sentirte, de olerte, de envolverte en mi carne.

Te resucito, te desentierro,
te desempolvo.

Te pongo frente a mí
y puedo sentir el calor que emanas,
te palpo sin tocarte, despacito,
suavecito, aletargando los segundos.

Atardeciendo, anocheciendo, amaneciendo,
te resucito, con tu boca carnosa,
con tus manos morenas, con tus ojos oscuros
y tu cuerpo erguido, te resucito.

Te saco de entre las estrellas,
de entre toda esta arena,
de entre mis dedos y letras.

Te inicio a veces con una, con ganas de cambiarte,
te saco de la D, de la J, de la E.
Te termino como el amor, con la R
R de resurrección, te resucito.

Y luego te veo calladito,
con el brillo en tu mirada, tan real,
te posas sobre mi cuerpo,
entre mis brazos, te fundes en mis labios.

Te resucito de las gotas de agua,
del pastel que preparo, de los paisajes que recorro,
de los boletos del metro, de las noches de insomnio,
de los besos que te guardo.

Te resucito día y noche,
sin quererlo, sin pensarlo,
y a veces en momentos planeados.

Te resucito de los números,
de los cafés, del té,
del tequila, del vodka y el brandy.

Sin importar cuántas veces ahogue,
asfixie, arroje y entierre tu recuerdo,
te resucito.
Siempre te resucito en mis brazos.