Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

viernes, 31 de agosto de 2012

Ahora te escribo


Ahora te escribo…lejana de ti
absorta, impresionada...pensativa,
redundante en cada palabra que quiere gritar que aún te ama…
que te empezaron a amar después de lo nuestro,
porque es hasta ahora que escriben para ti.

Ahora te escribo, perdida en recuerdos,
a las 11:00 horas…a las 12:46, justo ahora, te sigo escribiendo.
Qué ganas de ir por ti, qué ganas.
Qué ganas de ganar, de ganarte, de ganar contigo,
pero gano sin ti.

Gano libertades, amores,
gano sensaciones (esas que oprimen mi pecho),
gano…gano ¿o perdí?

Ahora te escribo, ya que no hay tiempo,
con los labios resecos de ti,
con los ojos cansados y delineados,
con la blusa que quiere conocerte,
con las incoherencias que salen de mis dedos…

Ahora te escribo sedienta.
Impasible,
inexplicable,
insospechable,
oportunista,
desalineada, desarreglada, desequilibrada.

Rasco mi cabeza para sacarte de ella, pero no logro rascar el corazón,
el estómago, el oído por donde entraste al cuerpo que ya no habitas
y que sigue guardando un cuarto (sin ventanas) por si decides un día venir.

Ahora te escribo, con ideas marchitas, trilladas,
con palabras que ya escuchaste de otros labios,
que me robé de otros enamorados, de otros dolidos,
de otros.

Cuento las palabras, hasta aquí 204, 205… sigo, 207 sin decir nada interesante,
rescatable.
Bebo un poco de agua, de alcohol, del Brandy que sobro de la fiesta a la que jamás viniste.
¿Fiestas? esas que hacíamos con besos y caricias,
con versos, con poesía…
Fiesta cada cuento tuyo, cada gesto, cada sueño.
Fiesta tus brazos, tus ojos, tus labios.

Ahora te escribo sin reglas,
sin sonetos,
sin rimas,
sin ti.

Ahora te escribo lo que anoche a otro no pude escribir.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Extrañarte

Extrañarte es un caso único, distinto,
no te extraño como extraño a los demás,
como extraño cualquier acto, cualquier día,
como extraño la arena quemando mis pies,
o la lluvia colándose bajo mi piel.

Extrañarte es un acto casi divino,
es beberme toda el agua para intentar llenar tu vacio.
Es mentir y decirle al mundo que casi te olvido,
pero tú lo sabes, que hasta cuando digo cualquier cosa
sigo diciendo “Te extraño”.

Extrañarte no es sufrir, o gozar,
o reír o llorar,
porque extrañarte, justo a ti, sigue siendo distinto,
como todo lo vivido contigo…

Extrañarte no se trata de pensarte,
de recordar los paseos, los besos, los sueños,
las promesas…
no se trata de recordarte, es algo que se adhiere al alma,
como el acto de respirar o parpadear,
algo que olvidas porque es parte del día a día.

No te extraño como extraño el invierno
que se fue y volverá,
como extraño mi infancia ida,
como extraño a Benedetti o Chavela Vargas,
o la cerveza fría en las tardes acaloradas
o el tequila en las noches frías.

Extrañarte es mirar al lado mío y no encontrarte,
es hablarte sin decir “Te quiero”,
es sentir cada vez más tu olvido.

Extrañarte, no puede ser igual a todo lo sentido,
porque extrañarte es haberte tenido
y haberte perdido.

sábado, 25 de agosto de 2012

¿Cómo te explico?


Y resulta que también tú estás aquí
Cómo explicarte ésto que siento
si por más que intento no encuentro
palabras, ni imágenes, ni actos suficientes.

Si vivimos en un teatro
y somos parte  de la obra en escena,
el primer acto ha terminado,
vienen el segundo, en tercero ¿cuál?
¿Cuál será nuestro acto fina?

Cómo explicarte que sólo estamos siendo,
que mañana no seremos más,
seremos otros, en otro pensamiento,
en otro cuerpo
que para ser, sólo Dios
que siempre ha sido y nunca dejará de ser.

Cómo te explico que el cielo no es azul,
que tu azul no es el mío,
ni tu mar, ni tu lluvia, ni tu sol,
porque para cada uno hay un nuevo día,
porque astros hay más de mil
y seguimos viendo sólo uno.

Cómo explicarte que el hecho de coincidir
no es coincidencia,
ni tú ni yo somos el porqué de la existencia,
pero sí hay un porqué de nuestro ser.

Cómo explicarte que soy frágil,
que soy inexplicable,
que te quiero como nadie sabe,
como tú no entiendes,
como si tuviera un corazón para ti
y  otro para el mundo entero.

Cómo te explico que no son las palabras,
ni las letras,
ni los acentos,
ni las comas,
ni los puntos,
ni los trazos.

Es la forma de hablar,
de interpretar,
en el pedir está el dar.

Cómo te explico que mañana
volverá a ser ayer,
que los días son una invención
sólo para contar la vida,
para almacenarla en calendarios,
en meses de contigo,
y meses de sin ti.

Cómo  explicarte que hay que aprovechar,
y que aprovechar no es lo mismo que ser aprovechados,
que lo que se pone en desuso
termina por no servir más.

Cómo te explico que no somos extraños
por no conocernos
sino por habernos conocido,
por extrañarnos.

Cómo explicarte esto que siento,
si decir “Te quiero” me parece poco
y amarte puede ser una promesa falsa.

Cómo explicarte el mundo,
si de entrada me dejas sin palabras.

martes, 21 de agosto de 2012

Te he querido, te quiero

Te he querido desde ayer, desde antier,
desde hace años,
desde el primer momento que te vi.

Te he querido a la luz del sol,
con el brillo de la Luna,
en silencio, con voz bajita,
yo creo que desde que nací.

Te he querido sedienta, indispuesta,
y hasta cuando te odio
siempre sobra amor para ti.

Te he querido porque no sé no hacerlo,
porque cada día encuentro un nuevo motivo,
porque estás conmigo aunque estés sin mí.

Te he querido y he querido tus manos,
tu boca rebelde, tus pensamientos,
tus pasos opuestos a los míos…he querido tu camino que sigue lejos de aquí.

Te he querido desde hace una hora,
desde el jueves pasado (el más próximo, el más lejano)
desde el martes que llovía,
te he querido desde que empecé a escribir.

Te he querido porque encuentro paz bajo tu abrigo,
bajo tus sábanas, bajo tu espíritu.
Porque contigo no busco, sólo encuentro.

Porque suelo no dormir a tu lado,
ni besarte, ni llamarte,
porque suelo extrañarte.

Te he querido porque el quererte es nuevo en el mundo,
porque este sentimiento fue inventado,
confeccionado en la tela de mi alma para tu talla.

Te he querido porque existimos juntos,
aunque por separado seguimos siendo,
juntos empezamos a ser…sin principio ni fin.

Te he querido porque no se aprende a querer
y tú me diste clases de cariño, de cómo quererte,
porque desde que te quiero no he aprendido
a querer a nadie más con este mismo sentimiento.

Te he querido desde la orilla de mi cama
hasta la tuya que sigue sin mí,
desde esta esquina, desde la puerta donde te encontré,
desde la ventana que siempre dejas abierta,
desde donde quiera que yo esté, hasta donde quiera que tú estés.

Te he querido porque no sabes nada de poesía,
porque te escribo poesía,
porque tú eres mi poesía,
porque no entiendes el arte de escribir,
porque aún así disfrutas lo que plasmo para ti.

Te he querido porque estamos lejos,
(porque de cerca seguro sería menos querer),
porque te ausentas y me ausento,
porque es delicia maldecirte, implorarte,
no tenerte y saber que siempre te tendré.

Porque sigo escribiendo para ti.

Te he querido, te quiero,
desde ayer, desde antier,
desde el martes y hasta el jueves,
porque no hay razón para no quererte,

Te quiero por que sí,
porque te he querido,
porque te quiero,
porque te querré.

sábado, 11 de agosto de 2012

Para este frío

Todos los días suelo extrañarte...te extraño a ti y al frío que siento y sueles calmar con tus brazos.

Una taza de canela,
la sudadera de lana,
mis calcetas a rayas,
la chimenea encendida,
la cobija café, el edredón morado.
Guantes, bufanda,
café hirviendo, amargo,
el baño con vapor.

Para este frío...tu cuerpo desnudo sobre el mío.