En nuestra playa todo fue distinto a lo
de hoy,
al común sol, al tormentoso ruido de
la ciudad,
a los pasos con prisa, a las noches
sin estrellas.
Todo fue mejor,
mejor la arena y el mar salado que
déjamos nos mojara,
y la noche silenciosa que nos dio la
mano
y nos llevó a caminar con ella...
Nuestra playa guarda secretos,
la mágia de un inicio, del final de
los finales,
de los créditos con letras pequeñitas
que dicen tu nombre completo,
el mío,
el nuestro.
En nuestra playa no había miedo a
nada,
no cabía la realidad, ni los días de
escuela,
ni las trágicas historias,
las palapas no costaban nada,
era gratis pasear por ella,
gratis tirarnos a descansar,
eran gratis las caricias
que suelen costar más ahora por el IVA
y los impuestos que lejos de la
frontera aumentan.
Había risas, sueños, el clima era
cálido
y nosotros nos acoplamos como si nos
quisiéramos quedar por siempre allí,
mis huellas iban al lado de las tuyas,
unidos por el claro abrazo de la
necesidad que nos carcomía,
de las ganas nuestras por hacer las
cosas sin pensar.
¡Nuestra playa!
Sin hoteles, sin basura,
sin vacaciones para los demás, ni
helados de coco,
ni raspados de frambuesa con lechera,
sólo nuestra.
Todo fue distinto,
todo era nuestro,
todas las fotografías que perdimos,
el viento, y las gotas gordas que nos
atacaban en la tarde,
y el ruidito de las olas,
todo es distinto hoy a nuestra
playa.
En nuestra playa no hay espacio ni
tiempo para nadie más,
no hay pecera tan grande en donde
quepa,
no hay besos que sobren, porque cada
uno hace falta,
no hay noches para dormir
sólo insomnio en exceso,
no hay nada igual,
nada parecido,
ni copias piratas,
ni clones,
Dime ¿cuándo regresamos a nuestra
playa?