Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Aniversario III

Te dije amor muy pronto,
amor,
qué fue de nosotros
cuando a veces me lloras,

a qué te sabe el olvido ahora
que decidiste cerrar ese ciclo
a sabiendas de amarme,
porque aunque lo callas
me lo grita el destino...

¿Para qué me pediste?
Me gritaste amor,
también amor
aquella y todas las noches
incluso ahora que te sueño,

y recuerdo, efímeramente,
que el te amo
se escapaba de la boca sin pensarlo
porque no cabía en el corazón.

¿Me odiarás un poco
como lo habíamos prometido?
o ya nada en la oficina me lleva a tu mente,
y también me evaporo
como el beso que no dimos.

Si tú supieras que pese a mí
te llevo conmigo
que cumplo mi promesa:
te odio poquito,
que aquella tarde quise darme vuelta

-decirte acepto,
huyamos a la playa
lo dejo todo,
me voy contigo-

Pero callamos por miedo,
y sólo tomaste mi mano,
en los cinco minutos
que duro el último recorrido
y luego nos fuimos.

Desde allí supe que no habría más
cuando no corriste tras de mí
como en los cuentos de hadas,
cuando me descubrí sin tu mano
en el camino.

Dijiste amor, muy pronto, amor,
y ambos sabíamos
cualquier sueño
estuvo desahuciado desde un principio.

Si tú escucharas cómo suena mi voz
en los brazos de un nuevo cariño,
te hubieras ido antes
así estos amores
hubieran sido más sencillos.

Malgrado a mí lo acepto,
no habrá nadie que me dé su amor
tan seriamente
como tú aquella tarde
cuando me propusiste la eternidad

cuando los jueves -aunque tristes-
los destinabas a trabajar
en la construcción
de nuestro destino.

Ya no queda más,
ni siquiera los libros,
pero las memorias del corazón
nos obligan de vez en cuando
a recordar el aniversario de lo vivido.

Dijimos amor muy pronto,
amor,
y muy pronto
nos perdimos.