Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

domingo, 14 de septiembre de 2014

Te dejo la ciudad

Te dejo la ciudad intacta,
los mismo árboles en los mismos lugares,
las mismas fuentes solitarias,
los mismos edificios en su sitio.

No fui capaz de mover una sola hoja,
de romper un cristal,
de dejar huella a mi paso,
no fui capaz.

Me senté por un largo rato,
-un rato de meses-
para verte pasar,

allí sobre el asfalto
senté también mis sueños,
mis ganas, mis tristezas y frustraciones

y juntas, ellas y yo
te vimos pasear,
intacto, distraído,

no fuiste para voltear.

(Te llené las manos de mis letras,
caminé tranquila y firme hacia ti,
me alumbré con tus faroles,
me bañé entre tus fuentes,
luego me perdí,

y también te perdí…)

Te dejo entonces la ciudad,
tus amigos,
tus caminos, las jacarandas,

tu mundo entero en libertad.

Hago mi maleta
con menos cosas de las que creí,
te dejó la ciudad sin cambiar nada
ni siquiera lo que sentías por mí.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Días de borrasca

Cada día pienso en ti menos,
quizá mientras tomo café, 
mientras bebo el vino que no te comparte, 
mientras veo las fotos donde no estás conmigo. 
Cuánta ausencia cabe en todo este tiempo. 

Me reduzco a una tesis, 
a poemas no escritos, a paseos solitarios, 
al pedazo de roca lunar que me pone de buenas. 
Me detengo a buscarte un minuto en las mañanas, 
en los pliegues de mi cama, 
y a olvidarte enseguida al saber que no te tengo. 

Es verdad que soy cobarde, 
que me gusta que me extrañes, 
que prefiero que el tiempo se nos siga amontonando, 
que llené tu vacío con amores marchitos. 
Reciclo hojas para que escribirte sea más barato, 
duermo un poco más, y cada día te pienso menos.