Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

martes, 19 de diciembre de 2023

De súbito

Un nudo en la garganta que se queda,
se queda y no se va.
Una falta de sombra en casa
para contarte lo que me pasa,
hoy, el jueves de hace quince días,
la mudanza de hace meses.
Esta negación a las letras para no
hablar de lo mismo aunque ahora es distinto.
¿Dónde estás? ¿Dónde estás?
Estas lágrimas atoradas que sugieren
el silencio.
Ya no es mayo, ni hay cerveza, ni cabello largo.
¿Y aún te extraño?

jueves, 23 de marzo de 2023

Suspiro

A Luciano
Por si no te vuelvo a ver 

Esconderse del mundo
mientras calmamos la vida
que, cómo duele desde que no
fuimos más.
Y quizá ya no, no duele,
pero ahora mismo, ocultos,
pareciera que siempre cuesta
entenderse desde ese sentimiento
de buscarte y pocas veces encontrarte.

Y hoy por suerte.

No hacer la poesía porque
se vive bajo tu abrazo:
interna en él como un animalito,
me has dicho que extrañabas mi mirada,
y he entendido que no hay otra
que vea desde acá cuánto te he amado
y aún a veces,
pareciera,
lo sigo.

Un beso despertando a la madrugada
-Te he querido,
me has dicho,
y yo debí responder que lo he sentido.
Soy tan feliz,
te beso,
te beso,
soy tan feliz,
amor mío.

lunes, 6 de marzo de 2023

Respiro

Hay un mundo entero
tras la ventilla de un automóvil,
desde donde el cielo se pinta
de diferentes colores
y un árbol me dice que hay paz...
Unos brazos enormes
inundando el alma,
un respirar suave,
un algo que llena el corazón
de todo lo bonito.

Un beso deteniendo el tiempo.

Hay un espacio donde
habita el universo entero,
acá, dentro,
unos labios que dicen bajito
que todo está bien
porque al menos ahora, es cierto,
todo está bien,
un doble suspirar, un silencio,
una complicidad callada,
un al menos una vez, un hoy.

miércoles, 8 de febrero de 2023

¿Aún así me puedo llamar escritora?

Últimamente me niego las letras para no hablar más de lo mismo, ¿será que las letras se cansan? o es solo la negativa de una mente por primera vez firme que no quiere repetir lo que dijo que no repetiría. Entre una u otra cosa van cien poemas que dejo al aire y cien escritos personales que no ven la luz.

¿Aún así me puedo llamar escritora? 

No era eso mismo la razón de ser, el impulso que quema los dedos por hacerlo, lo que sea, pero que llega de súbito; o es acaso que ahora ya se puede elegir entre lo que sí y lo que no debería quemar, o es acaso que no soy más escritora por andar dejando a la mente ser firme.

Qué hay en estas letras vacías que simplemente se preguntan pavadas. Nada nuevo, como siempre, ni siquiera la vergüenza futura de las confesiones que salen tan ligeramente, de los escritos de media noche que conllevan vaciar el corazón, la mente, las ganas, ni aquí, ni el diario nocturno, ni en los poemarios que últimamente solo se escriben para buscar un sitio como si no existiera el suficiente en el universo.

Que si sigo escribiendo, me han preguntado recientemente, y contesté con firmeza que lo haría hasta morir, y hoy mismo, reflexiono la respuesta: No, ya no se escribe porque ahora se ha puesto la mente a seleccionar lo que sí y lo que no, y teniendo una mente tan así, ya nada se puede escribir.