Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

miércoles, 17 de agosto de 2022

Habitante de este blog

 Hace días que me leo de años entre la nostalgia, la vergüenza y el asombro de varios intentos que me quedaron (a mi gusto), bien. Épocas en que adornaba, otras en que no, otras simplistas en los días de depresión donde las palabras salían a cuentagotas, ahora en mis ganas de poética citadina donde nuevamente adorno lo que no. Llevo esos mismos días pensándome en este blog, un regalo de hace años de mí para mí.

Abro la caja de pandora con Violeta y le cuento, no recuerdo porqué, mis intentos de vida, regresan emociones como golondrinas a habitarme, si yo volviera a los diecisiete, porqué no soy suficiente, a dónde van mis pasiones, qué es eso que ya está destinado para mí. Dejo el drama para la noche de anoche y regreso al inicio de todo, incluyendo este blog.

Lo rehabito para mí.

¿Y si lo intento de nuevo?

viernes, 18 de marzo de 2022

Nostalgia VIII

(Desde donde hace mucho no escribo)

Me volví sirena de madrugada,
de agua salada de mar, 
huellas de pies en la arena que se desvanecen,
lágrimas que no te mencionan más
y la promesa de ahora sí, dejarte atrás.

Gaviotas que me observan desarmarme
mientras te lloro, 
porque aún te lloro en esta inmensidad,
cabello cual espuma de Venus 
que no vuelves a tocar.

Nostalgias, las mismas que se escriben para ti, 
que se deben a ti, 
a la playa nuestra siendo nada, ni un nosotros, 
ni un tal vez, ni gaviotas o huellas o Venus,
ni yo siendo sirena de mar.

¿Cuánto tiempo detenido allá?
Despierta, no duermas, 
el tiempo se detiene ahora mismo,
cuando siendo nada me amabas
¿me amabas?

Ahora, sirena, 
con lágrimas que de madrugada
no se vuelven a evaporar,
he abierto los ojos,
con ellas he llenado el mar.

viernes, 28 de enero de 2022

Cuestión de tiempo

Fue cuestión de tiempo,
de entender el silencio
por primera vez no absurdo,
falto mío de palabras,
de no más poemas a tus ojos,
ya ni este que es más mío que de ti.

Fue cuestión de tiempo,
que nunca te tuve y saberlo
y de ti, apenas hace poco entender
que no te pertenecía ni un día más,
ni un abrazo para detener el tiempo,
ni un feliz abril de mí.

Fue cuestión de tiempo
para que ambos tomáramos rumbo,
tú en tu soledad marchita, tazas de café,
de tu nueva vida, no te reconozco,
y yo estrella de mar,
rincón que nunca fue de ti,
habitada de mí, de ya ser feliz.

Fue cuestión de tiempo
para no responder, no llamar,
para no hablar más,
para al fin cerrar esa geometría,
y recoger, cerca de Miramar,
catorce años en espera de paz.