Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

viernes, 25 de octubre de 2013

Lluvia

El cielo se hace pequeño cuando pienso en ti, 
Se comprime y baja en forma de lluvia... 
Un montón de gotas se aglutinan en mi ventana, 
me tocan para que les abra pero hasta ellas saben bien hablar de ti.

No he comido, ni me he bañado, 
ni estoy segura de quererles abrir...
Me da por imaginar que soy una golondrina oscura 
que vuela bajo tanto cielo que cae
y tú vuelas a un lado de mí.

Qué importan tantas gotitas mojándonos, 
si de que estamos juntos nos hablan de lo que la felicidad puede ser, 
un mundo irreconocible que espera por ti.

¿Y si regresas un ratito para vivir todo lo que no vivimos?

Me pregunto si a ti la lluvia te hablará de mí, 
si otro montón de gotas se aglutinan en tu ventana, en tu cabello, 
en el contorno de tus orejas y te susurran que sigo a tu espera...

Me pregunto más si las has querido oír.

Voy a salir y dejaré que me empapen, 
cada una trae un recuerdo, 
tu nombre, tu voz, tus cejas, 
la palma de tus manos...

Guardaría un millón de gotas en un frasco 
si con ellas pudiera recrearte, 
lo haría por el simple gusto de abrazarte...

De pronto, cuando yo les hablo les digo que llegaron tarde, 
les reclamos... 
En forma de respuesta, me dicen que llegaron a tiempo 
para que yo empezará a escribir de ti.

Sigue el cielo haciéndose pequeño... gris, 
sigue la lluvia mojando una ciudad 
que sabe que no has de regresar...

viernes, 20 de septiembre de 2013

Paisaje nocturno

Esa noche me hice chiquita.
Guardé silencio y tú lo hiciste también.
Qué refrescante e incómodo me pareció tu olor.

Se nos fue todo de las manos,
ni los árboles que nos rodeaban,
ni la oscuridad que nos envolvía nos pertenecía.
-Tanto frío duele-.

Me volví una inepta y tú el más egocéntrico de los dioses.
Se guardaron las palabras solas,
yo quería perderme en las hojas de los libros,
tú sólo te quedaste inmóvil.

¿Dónde encuentro esos besos con sabor a -sandía-?
¿dónde busco el botón de regreso?
¿dónde pongo este paisaje nocturno en el que ambos sobramos?

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nostalgia

Me tocó ver cómo la ciudad moría,
¿para qué hacer dramas?
No dejaste el mar seco
ni apagaste el sol,
ni murieron las estrellas,
lo único que pasó fue que todo se calló,                                                                                         

como un derrumbe o una catástrofe
o esas cosas que te dejan sordo por un segundo,
esta vez fue un minuto,
un minuto de silencio en mi boca
que tanto te gritó.

Ahogué despacio el te quiero que se me escurría
y no hubo más.

Ni nubes blancas, ni nubes grises,
ni siquiera hubo nubes.

Yo conocí tu voz y tú la mía.

Y mis letras y tus números
y las fórmulas en el desayuno.

¿Qué señora nostalgia?
Y la fuente gris
y la canela y el chai.

¿Dónde guardo el abrazo de madrugada?
¿Dónde pongo esta ciudad que se debe a ti?
Yo que me paso los días recolectando historias
y tú con cuánta calma vienes,
con cuánta calma te vas.
¿Y si no fuera tu voz la que me guía?

A ti no te queda tiempo,
a mí no me faltas tú.

Ya otros me enamoran
mientras sigues contemplando a Luna
y ordenas tu país,
por ratos vienes a leerme,
lo haces para leerte a ti.

Me tocó remar contra corriente,
y verte dormir,
y dormir a tu lado era mi muerte,
y no había más paz que la tu templo,
ni más agua que la de tu boca,
ni más ciudad que tu cabello.

No estoy derrumbada,
ni muero en silencio.
Nada es distinto de ayer,
excepto este sentimiento.

martes, 27 de agosto de 2013

Tú en mi café

Llevo largo rato ya pensando en ti
mientras el sol se cuela por las persianas
y me pica los ojos,
   
                          me hace evocarte.

Te me amontonas entre tanto papelerío

que no sé de qué es,
te me escapas de los labios,
en ayunas cuando ando medio desnuda

               y suena la alarma de quién sabe qué hora.


Qué vicio es estar junto a ti

y luego irme para extrañarte por la ciudad
y regresar medio empapada a tus brazos
    -mi único hogar-

Qué vicio el de escribirte con caligrafía imperfecta,

y te cales entre palabras y te asomes por debajo de Z,
en las cosas defectivas,
en mi cama destendida,

Qué vicio el de buscarte en el chai

y pedir chocolate caliente, dulce como el que te gusta,
con pana para mí,
con galletas de canela para ti,

y seguirte encontrando.


tú siempre lejos de mí,
en la fuente de Prometeo,
en las explicaciones del universo,
en el té de medio día,

            y siempre, a sorbos, tú en mi café.


sábado, 17 de agosto de 2013

Cotidiano

Recuerdo cuando me hablaste de tu perro
por el que tanto habías llorado.

Recuerdo el incidente de la llamada
que olvidaste y que sigues recordando.

Recuerdo tu “todo sin mayonesa”,
la playera café de la gran gira.

Y cuando me medía la ropa y te preguntaba cómo me veía

-Tú eres fresca canelita. 

Cosas así, sin sentido,
tu cartera, el acordeón,
hasta tu primer helado de fresa con mi agua de melón.

No me las cuento seguido
para no desgastarlas,
para no hacer ruido.

Pero a veces se me escapan de las manos,
saco la libreta y escribo.

Hago sumas
          (incluso en el autobús).

¿Cuántos? ¿Cuántos recuerdos contigo?

viernes, 16 de agosto de 2013

(Igual) Te quiero


Te escribo desde tu tierra y
no desde la mía como
suelo hacer.

Estoy sentanda en un lugar donde
sé que no me encontrarás.
Me gusta pensarte corriendo por
la tarde aquí
entre los árboles
o tirado a medio pasto.

Hoy estoy más cerca que siempre
y sabemos (ambos) que más
lejos que nunca.

Es tonto ya pensar en este tiempo
que no es tuyo ni mío,
que esperé y ahora desprecio.

Aquí los pájaros cantan distinto,
te encuentro en los zapatos
del de a lado
y en las risas de los de la izquierda.

Voy aprendiendo a ser zurda
desde que te llevaste mi otra
mitad.

Es mentira aquello que dicen
sobre el corazón.

Yo no me siento triste,
más bien te siento triste a ti,
en el aire,
en esta, tu ciudad
y la mitad se me paraliza.

Aún con todo eso, los dedos me
queman por decirte que te quiero.

Distinto a como te quiero en
nuestra ciudad o en mi ciudad.

Pero al final te sigo queriendo,
aquí, desde este tu lugar.

sábado, 10 de agosto de 2013

Primer beso

Él creyó que había dado el primer beso,
    no sabía que
   llevaba toda la tarde besándolo con la
                                                         mirada.

(Mínimo II)

martes, 30 de julio de 2013

No aprendí

Con el final más trillado.

Nunca supe cómo ser, no aprendí a hablarte, ni a escribirte,
no sabía cómo preparar el café, ese tu café que siempre aceptaste,
cuánta azúcar, cuántos granos, cuánto amor.

 No aprendí a preguntar si me querías,
ni a hacer aviones de papel que volaran a tu cielo,
me volví ignorante del amor, de la lectura de tu palma,
del eco de los silencios –muchos-

 no supe poner comas, ni acentos, ni puntos sobre las "ies"
en nuestra historia.

 no aprendí a llorar –con la luz prendida- ni ha decir cursilerías,
nunca supe dormir a tu lado, y no lo hacia,
ni a besarte en público, y mucho menos a gritar ¡Te amo!
se acabaron mis palabras sabias, si es que las tenía,
no aprendí a buscarte cuando debía,

no sabía arreglar la cama, tu cama,
ni acariciar tu espalda…
no aprendí a quedarme, aunque siempre quise instalarme,
no aprendí a sujetarme, ni a abrazarte…
            no aprendí,

 pero no desperdicie mi tiempo, ni tu tiempo,
ni tu vida, ni los sueños.

Fui ignorante de muchas cosas y vencedora en pocas,
y a pesar de no aprender de mí, aprendí de ti
y te enseñé,

extendimos las alas
y mandamos besos con el viento,
y seguí con el intento del café
y velando por las noches tus sueños.

 Seguí con los poemas y las poesías
y todos los cuentos.

 Y justo ahora, después de todo el inventario,
me doy cuento que lo que menos aprendí/que lo único que no aprendí
fue a vivir sin ti. 

miércoles, 3 de julio de 2013

Un ser de luz


Es difícil escribir entre tanto ruido,
Voy intentando traerte a la realidad
O volver a instalarme en los sueños,
 

Todo es menos después de la luz que emana tu cuerpo,
Las rimas forzadas no son suficientes,
Todo es menos.


Decir tu nombre es distinto cuando hablo de ti
Cuando a las doce te empiezo a escribir

Y viendo que son casi las cuatro lo sigo intentando.

Para qué contarle al mundo cómo es cuando te sueño

Quizá para llenarlos de la paz con la que me dejas en cada uno de ellos,
Para qué decirles a todos que ni te conozco, ni te veo,
Quizá para que envidien que en mis quimeras nos vamos conociendo.
 

Sólo hay tiempo y espacio en ellas,
Tú sigue siendo un ser de luz que me visita cada vez que puedas,
Todo continúa siendo menos,
Ni tanto palabrerío, ni tan poca descripción,

Te instalo en el cofre de mis tesoros
Con esa sonrisa de luna que baja a menguar en tu boca,
Tanta luz deslumbra…
 

Sigue siendo parte de mis sueños,
Sigue emanando luz para que yo pueda seguir escribiendo.

jueves, 20 de junio de 2013

Incluso

Ya ha pasado el tiempo,
los días siguen, los sueños, bueno, esos cambian,
y las ilusiones, o las ganas de vernos,
incluso el amor que nos juramos.

Ahora vengo a encontrarte más anciano,
nunca faltan los reclamos, y lo admito,
tampoco han de sobrarnos.

Podrás quejarte de mi alcoholismo,
de mis vicios por los puros,
mi vegetarianismo y las pocas horas de sueño que me llevarán a la perdición,
pero nunca podrás reclamar
que mis besos fueron falsos
o mi caricias frías,
porque cada te quiero que grabé en tu cuerpo
y dejé en tu boca fue sincero.

Me he recogido el cabello
y tú te has dejado la barba larga,
por mi parte no tengo nada de qué quejarme,
ya todo ha cambiado,
lo bueno, lo malo,
los años...

Está bien hablar del clima,
de los libros, de tus canciones y mi poesía,
de los nuevos amores,
de nuestras viejas manías,
está bien si nos reconocemos,
tu risa bajando por mis costillas.

Está bien... Todo está bien,
incluso vernos y no habernos visto,
incluso dejarnos, porque la cobardía de vez en cuando sabe bien,
están bien las nuevas fotos en mi pared donde,
hace tiempo, dejaste de aparecer.

Tu indiferencia, tus groserías,
tu olvido por mis buenos días,
por mis días festivos,
por cada uno de mis días.

Ya ha pasado el tiempo,
los días siguen, los sueños, bueno, esos cambian,
y las ilusiones, o las ganas de vernos,
incluso el amor que nos juramos.

Incluso.

jueves, 13 de junio de 2013

Cuando a mi lado descansas

Me gusta tu voz callada, la noche entrante, tus ojos cerrados.
me gusta permanecer en el lunar de tu cuello,
entre tus brazos que sólo se abren para mí…
me gusta la paz de tu respiración, la calma de tus quimeras,
me gusta mirarte a mi lado mientras no haces nada,
como si te entregaras a una nueva vida y a ella llevaras todas tus revoluciones
y aquí sólo dejaras tranquilidad.

Me gusta cuando te siento tibio,
cuando me pierdo en tu pecho,
cuando tu palpitar se hace ligero…
me gusta cuando yo te cobijo
y me quedo como guardiana de tus sueños…
cuando hay silencio sin que dejemos de hablar.

Me gusta tanta calma envolviendo el ambiente,
Tus manos cansadas de tanto tocar la guitarra,
Tus piernas más largas…

Me gusta la luz apagada cuando a mi lado descansas.


jueves, 23 de mayo de 2013

Sin Título

Tengo la guarida perfecta para eso que un día soñamos,
la cubrí con recuerdos, con tu voz, con tu olor
y una que otra imagen que nos gustaba observar en silencio,

tengo la luna esperando a brillar,
a Sirio atrapado en el clóset…
tengo trocitos de besos que siguen aguardando por ti.

He pintado con mis manos esta lluvia que necesita empaparte
o empaparnos para ser feliz,
tengo el té de jazmín, las velas encendidas,
el incienso quemándose…

Tengo el reloj detenido,
a Sabina de fondo,
el cuerpo congelado, el mundo en las manos.
Sigo en espera de ti.

jueves, 4 de abril de 2013

Sólo en sueños


Dedicatoria: implícita.

Los sueños como dulce realidad llegan a calmar la sed.
Estoy en el umbral de la fantasía, en el mundo de las hadas,
en el boulevard de la perdición, en donde el tiempo se conjuga diferente
no hay ahora ni hoy... Y has venido hasta aquí.

Nubarrones de agua clara se entrelazan para hacer señoras tormentas,
para crear chubascos, aguaceros, brisas perfectas,
para dar aviso a lo que viene, a lo que se aproxima,
al encuentro que nunca se da,
que no existe en esta realidad.

Podemos hacer intentos de recuerdos,
menciona mi nombre despacio,
sóplalo al viento para que llegue hasta a mí,
y descansa,

aparece por casualidad con tímidos acercamientos,
con dulces tactos, con ajustados abrazos,
no digas palabras en mi idioma,
enséñame nuevos lenguajes, claros, sin excesos,
sin figuras poéticas o enredos matemáticos.

Sé por un instante un acierto en mi vida...
Un equívoco desajuste de sentidos,
el cliché del antes y el después,
la responsabilidad que tenemos ambos de seguir así
y regresar a la realidad justo cuando uno menos quiere.

Tu nombre ya me lo aprendí,
tus sentados, tu sonrisa,
los gestos de tu rostro que se vuelven un imán para mis ojos,
y yo, yo seré lo que soy,
tu poeta de medio tiempo, tu escritora de ratos libres,

tus oídos en los míos,
unos pies de bailarina de música desconocida,
la que te sueña y te trae a sus sueños,
la que te escribe por las tardes mientras siga lloviendo,
la que te espera entre el farol y el sofá.

La señora de Torres, del brandy que tanto te gusta,
de los atributos que me tomo sin tener derecho,
ni de ti ni de un nosotros,
ni de una vida en un poema, o en sueños,
o en un enero que detiene el tiempo.

Ya no hay nubes, ya no hay sol, ni luna,
ni boulevard, ni umbrales,
ya no hay nada para lo que no somos ni seremos...
por lo mietras, mientras todo pasa y se cierra el pacto
y se da el encuentro y se ajusta las historia
y te toco los labios y el cabello,
sigue aquí, sólo en sueños.

lunes, 1 de abril de 2013

Abril

Preámbulo
Me pregunto si los poetas se cansan de escribir y las musas de leerlos.
Me pregunto si, para cambiar la rutina, las musas quisieran escribir algo, un verbo, un suspiro, una pequeña vida a los poetas.
Me pregunto si para detener el tiempo, las musas quisieran desnudarse para que los poetas escriban besos de amor y pasión sobre su cuerpo.


Es este el primer año en que vienes solo.
Déjame escribir en tu espalda baja,
déjame escribir en tu costado derecho.
Haz que brillen las estrellas.
Sigue solo,
sólo ven por mí solo.
Olvídalo, que haya un nuevo inicio.
Recarga tu cabeza en mi ombligo,
siénteme latir.
Deja la lluvia caer.
Guarda secretos en tus bolsillos,
el beso que te envié bajo el puente.
Declaro un sol.
Declárame una oportunidad,
un amuleto
un buen augurio,
un ojo de Dios (aunque ya no seamos unos críos).
Ven solo. Sólo ven.
Ven por mí y quédate a dormir.

_______

Abril


sábado, 16 de marzo de 2013

En deuda

A usted le debo de todo.
Dos tristezas, de esas que secan,
y tres alegrías.

Conocimientos, pensamientos que contagia con cada palabra,
días que ilumina con su sonrisa,
y noches de sal, sudor y saliva.

Le debo algunos vicios y excesos,
porque usted no es todo bueno,
y como me enseña buenas costumbres,
me deja muchas manías.

Le debo el gusto por cierta música
y náuseas por otras canciones.

Años de nuestras vidas
en que nada se cumple
porque la perfección también es un estado
para el que se tiene que estar preparado.

Sumo recuerdos con lluvia, fríos, soleados y despejados,
martes, jueves, enojos, (encuentros y desencuentros).
Tomas de decisiones, firmeza,
la resta de todo el orgullo,
porque a su lado esa palabra suena muy sinsentido.

Horas de espera,
postrada en la silla, en el sillón, en la cama
y de usted nada.
(Tenemos que alejarnos para después acercarnos).

Mil versos, entre sensaciones, sentimientos, olores,
su piel morena, su boca carnosa, su nariz ancha y
su ventana abierta.

Lágrimas también le debo.
La fiesta en la cocina,
las manzanas, la leche del envase, el helado, el chocolate con pana,
los besos en el carro,
en la estación, en el café, en el puente, los besos solos y con abrazos
y sólo los abrazos.

Ando en deuda con usted.
y para pagarle, a ver si me alcanza media vida.

sábado, 9 de marzo de 2013

Javier

Hilvano las letras de tu nombre a mi piel,

como pequeñas perlas recorren despacio un camino a 45°.
Bajan sumisas, sin oponerse,
sin detenerse hasta la punta de mis pies.

Recorto trocitos de tu recuerdo
y los pongo bajo la almohada.
Los voy sacando uno por uno
y los bebo con mi té.

Como  turroncitos de azúcar
se disuelven en el fondo
y entran a mi cuerpo para
hablarme de ti.

Intento una caligrafía perfecta
para escribir tu nombre.
Y te escribo.
Y te sigo escribiendo.

Con simplicidad:
                          Javier.

martes, 19 de febrero de 2013

Samuel

Aclaraciones: En segundo momento al nombre y no al hombre.


Reciclo hojas para escribirte 
y te escribo con poca inspiración
Tu nombre es un dulce silencio
que mastico entre mis labios,
que hace ruidito en mi interior.

Si me miras, borras las ideas del amor ideal.
No hay sabor de tus abrazos en mis brazos.
Apareces repentinamente en mis sueños
y en ellos también hay nada.

Apreso tu nombre, sólo tu nombre.

No hay nada

y ya te escribo.

sábado, 9 de febrero de 2013

De servilleta y tinta azul

Aclaración: Nunca sería mi intensión incomodar a Hache con el título.

Dedicatoria: Al que alegra mis fines de semana por la tarde.

Poema de tarde.

Son las siete y no has llegado.
     Siento impaciencia...
                          impaciencia.

Y muevo mis dedos nerviosos,
   y volteo la cara al pasillo de la entrada
y miro el reloj.
       y pienso en ti.

Acumulo letras en la pluma que me dicen
muy quedito tu nombre.

Y vuelvo a ver el reloj.

Es lógico... De lunes a jueves te olvido
   y los viernes, como hoy, me pongo a esperarte.
Sentada junto al ventanal,
cruzando las piernas,

te sigo esperando.

Y no veo tu paso cruzarse por aquí.
Me da por imaginarte con la camisa negra,
                                     los ojos oscuros y
                                     la barba recortada
                                     que apenas si siento
                                     en el saludo.

¿Dónde estás?
  Hago el papeleo, pido café.
  No pongo atención.
          Veo de reojo.
  Escucho el tic-tac del tiempo.

Empieza a oscurecer.

Viernes,
vienes...
No vienes...
Llegas tarde.

Se enfría el café,
se escribe el poema,
se asoma tu sonrisa,
se olvida todo.

Miro el reloj,
son más de las 7.

Se hace tarde.

De servilleta y tinta azul.

martes, 5 de febrero de 2013

De servilleta y tinta negra

Las palabras se hacen polvo.
Se han hecho cenizas ya.
Llega despacio, muy despacio, el eco de los días pasados.
No quiero que haya más tiempo.

Es fácil asociarte con el tintinar de los hielos en el vaso,
con el ruido del teléfono
o el paso a vuelta de rueda.

Te reflejas en el río Zahuapan.
En el cabello de los niños,
en la nostalgia que me canta para enamorarme
y luego me deja sola.

Me merezco un cualquiera y tú una novia poeta.

Cómete mis besos
que se hacen polvo como las palabras.
Toca la guitarra para mí.
Bebamos chai caliente,
fumemos puros juntos
y hagamos corazones con el humo.

He vuelto a olvidar que no estás conmigo,
que las palabras se dispersan,
que la vida nos separa sin querer.

Hago versos con sabor a canela
y tú le das forma a mis dedos.
Y tú no estás aquí.

Maquilla mi alma con color de "te quieros".

Eres un soñador perpetuo.
El peaje que tengo que pagar para viajar.
Una manzana en el frutero.
Eres mi poema de servilleta y tinta negra.



Servilleta y tinta negra (mi poema).

jueves, 31 de enero de 2013

Adiós Tlaxcala

Me asomo por el balcón y te veo engalanada.
Eres una niña traviesa a la que le encanta jugar
a meterse en los corazones de todos
y guarda impecable su vestido de sábado,
con sus flores en la plaza central,
sus artesanos en Xicohténcatl,
su cafés en los portales y esas luces de Ocotlán.

A veces me gusta subir a tu cerrito,
te recorro despacito y te voy queriendo de más.

Allá tienes a tu Malintzi que, aunque nadie crea,
le gusta observar el carnaval.
Allá tienes a tu gente con sus máscaras,
que vuela papalotes,
que colorea tapetes, que baila de colores...
       que sueña mientras te respira...

Aquí me tienes a mí, enamorada por completo de ti.

En momentos creo que has crecido
y empiezas a madurar,
te cambias la ropa y te vistes de mujer.
Tienes la piel morena y el cabello lacio.

A mí me gusta recordarte con sonrisa de niño,
con espíritu de aventurera y mirada clara y tranparente.

Qué importa mi Tlaxcalita
que me rompas el corazón en cada esquina,
que no seas sólo mía.

Yo te llevo conmigo en la sangre,
en mis ojos tristes de tlaxcalteca....
en mis pensamientos y en mi corazón de poeta.

lunes, 21 de enero de 2013

Mis versos y tú

Mis versos y tú tienen una conexión especial, ellos me gritan todo el tiempo que hable de ti, y no se logran callar hasta que con cada letra te logro inventar.
Les encanta pensarte muy feliz leyéndolos, muy bajito o gritándolos. Se regocijan de saberte su lector y se retuercen como gusanitos en comal.

Tú ya sabes, siempre te asomas en ellos, a veces quiero esconderte para que no te encuentres, hago un laberinto que dice tu nombre, pero los muy traicioneros siempre te muestran el camino, porque sólo viven para ti.

Y cuando quiero parar y no escribirte más, se encelan, sólo quieren ser ellos hablando de ti, y me dan la espalda, entonces no sé cómo contentarlos, les enseño paisajes nuevos, canciones, libros, nada funciona hasta que evoco tus gestos...hasta que siguen siendo tuyos, hasta que vuelven a retorcerse de tanta felicidad porque los vuelves a leer.

Mis versos y tú tienen una unión tan especial que te inmortalizan en cada letra, en cada signo, en cada palabra, que juegan contigo y saben a ti.


Ellos no serían sin ti y tú eres mío sólo en ellos.

jueves, 17 de enero de 2013

Le pedí

A él, que sólo estuvo de paso.

Le pedí su nombre, su número telefónico,
     su blog y su cuenta personal.
Una sonrisa, dos, tres, las que tuviera al contado.

Palabras duras, suaves, como fueran (pero que fueran suyas),
una canción, un poema, un soneto, un cuento,
     un libro entero.
Le pedí una mirada, un silencio, un millón de besos.

Yo arme una biblioteca entera, un repertorio inmenso
de canciones, el inventario de cada uno de sus gestos,
una religión que seguía sus huellas, una guitarra
              que sólo sabía tocar para él.

Le pedí que me abrazara, que me desnudara,
que me inventara y me curara.
        Una sonrisa, dos, tres...
Las mil y una noches, yo puse las estrellas
                                                    y la luna, sólo le pedí la miel.

Los jueves por las tardes,
las desveladas para un "nosotros",
cien te quieros, siempre y cuando fueran ciertos,
más palabras, más silencios, más tazas, más cuerdas.

Le pedí que se quedara una vida,
sólo aceptó un café.

viernes, 11 de enero de 2013

Eran estas vacaciones

Dedicatoria: A tus ojos oscuros que siguen negándome amor.
A veces es demasiado tarde cuando uno entiende que esos días nunca regresarán.

Eran estos días los que tanto pedimos ayer,
las vacaciones que nos acercarían,
las tardes del: mañana te veo,
las noches del: otro ratito,
las mañanas del: ya quiero que sean las 6.

Eran estas vacaciones para escuchar a Bunbury,
para volver a caminar por Artesanías,
para ir a la orilla del río a la Rivereña,
para visitas museos y subir al ex convento y comer mañana juntos.
Eran estos días para sólo vernos,
para no escuchar con los oídos,
para aprender a hablar con el corazón.

Para darnos cuenta que todo lo vivido vale la pena al estar unidos,

Y besarnos en Tlaxcala,
Y pedirte no te vayas,
Y contarte secretos y cuentos,
Y enseñarte lo que te escribí.
Y las "gracias" con abrazos,
Y los cafés en los portales,
Y la vista espectacular

Y el pensar: que ésto no se acabe, que no haya más D.F.
que siempre sea Ocotlán, Xicohténcatl, las escalinatas y el lugar donde siempre nos vemos.

Eran estas vacaciones las que tanto pedimos,
Donde el único que vacaciono fue el amor.

Eran estas vacaciones

Dedicatoria: A tus ojos oscuros que siguen negándome amor.
A veces es demasiado tarde cuando uno entiende que esos días nunca regresarán.

Eran estos días los que tanto pedimos ayer,
las vacaciones que nos acercarían,
las tardes del: mañana te veo,
las noches del: otro ratito,
las mañanas del: ya quiero que sean las 6.


Eran estas vacaciones para escuchar a Bunbury, 
para volver a caminar por Artesanías,
para ir a la orilla del río a la Rivereña,
para visitas museos y subir al ex convento y comer mañana juntos.

Eran estos días para sólo vernos,
para no escuchar con los oídos,
para aprender a hablar con el corazón.


Para darnos cuenta que todo lo vivido vale la pena al estar unidos,
 

Y besarnos en Tlaxcala,
Y pedirte no te vayas,
Y contarte secretos y cuentos,
Y enseñarte lo que te escribí.
Y las "gracias" con abrazos,
Y los cafés en los portales,
Y la vista espectacular

Y el pensar: que ésto no se acabe, que no haya más D.F.
que siempre sea Ocotlán, Xicohténcatl, las escalinatas y el lugar donde siempre nos vemos.


Eran estas vacaciones las que tanto pedimos,
Donde el único que vacaciono fue el amor.