Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nostalgia

Me tocó ver cómo la ciudad moría,
¿para qué hacer dramas?
No dejaste el mar seco
ni apagaste el sol,
ni murieron las estrellas,
lo único que pasó fue que todo se calló,                                                                                         

como un derrumbe o una catástrofe
o esas cosas que te dejan sordo por un segundo,
esta vez fue un minuto,
un minuto de silencio en mi boca
que tanto te gritó.

Ahogué despacio el te quiero que se me escurría
y no hubo más.

Ni nubes blancas, ni nubes grises,
ni siquiera hubo nubes.

Yo conocí tu voz y tú la mía.

Y mis letras y tus números
y las fórmulas en el desayuno.

¿Qué señora nostalgia?
Y la fuente gris
y la canela y el chai.

¿Dónde guardo el abrazo de madrugada?
¿Dónde pongo esta ciudad que se debe a ti?
Yo que me paso los días recolectando historias
y tú con cuánta calma vienes,
con cuánta calma te vas.
¿Y si no fuera tu voz la que me guía?

A ti no te queda tiempo,
a mí no me faltas tú.

Ya otros me enamoran
mientras sigues contemplando a Luna
y ordenas tu país,
por ratos vienes a leerme,
lo haces para leerte a ti.

Me tocó remar contra corriente,
y verte dormir,
y dormir a tu lado era mi muerte,
y no había más paz que la tu templo,
ni más agua que la de tu boca,
ni más ciudad que tu cabello.

No estoy derrumbada,
ni muero en silencio.
Nada es distinto de ayer,
excepto este sentimiento.

No hay comentarios: