Columpio

De tus manos enlazadas a las mías,
una estrella que nos lleve,
tú en mis cabellos
como lunas no llenas
y yo abrazada a tu sonrisa.
Nuestras pestañas,
mis hombros,
tus caderas...
El mundo entero de columpio
y nosotros meciéndonos
entre mayo y junio.

Te susurro

Te susurro un gemido
una mañana blanca,
como petición personal,
un algo que viene a salir
de mi boca, que busca llenar,

llenarte,
llenarnos
en este espacio que deja de ser mío,
que se vuelca a ti,
a tus pasos
abarcando mundos,
inspirando susurros míos,
gemidos,
pequeños te quieros en forma de besos,
tus hombros, tu espalda,
tu retorcida mirada
que alcanza para esto
que no termina por ser,

¿qué haremos?
¿qué hacemos?
¿qué de ti?

Pareciera

Pareciera ser que has reunido 
el mundo en tus brazos,
que tus hombros,
fuertes bosques oscuros,
lograran sostenerme
y me dieras de beber
agua dulce de tus labios.

Pareciera que mis manos
como transeúntes,
te recorren como quien
se asombra frente a una selva:
cálido, caliente, denso.
Además lluvia,
aliento fresco que me eriza,
de pequeñas islas marcadas
en tu piel que yo beso
beso
beso.
¿Cómo no querer caer en ti?
como al vacío,
si te siento como una ráfaga de aire frío.

Cómo no querer perderme
en tu cuerpo,
paisaje de mis sueños,

cómo no desearte,

cómo no quererte,

cómo no pensarte...

si me asomo a ti

como quien se asoma por primera vez

y totalmente perdida,

al abismo de la vida.