Siga usted arrancándome sonrisas pausadas, cansancios inoportunos, siga usted enseñándome y aprenda de mí. Siga usted arrancándome letras de a montón.
"qué delicia extrañarte
(...)
y sentirte lejos
y ausentarme de ti
ya te escribo como antes
como siempre
como nunca"
Ibeth Hache.
He de confesarle, que a veces le pienso.
Y una mueca se postra sobre mi rostro,
yo no sé bien cómo sea, a veces de alegría,
de enojo (por aquello de que estamos lejos),
a veces, no sé yo.
Y yo le digo a mi pensamiento,
que deje de ser caprichoso, que se olvide de vos.
Y luego avanzo unos pasitos y le encuentro en esa nube
y pienso que es mi imaginación.
Tengo muchas cosas qué hacer
Y todas ocupan mi razón.
Ahora todo está mejor.
Pero en las noches siempre encuentro un ratito,
antes de que mis ojos se cierren solitos
vuelve a aparecer su voz.
Me dice
despacito: no me olvides por favor.
Yo la callo con ese argumento, con mi corazón:
Yo le olvidaré cuando me olvide vos.
Por la mañanas cuando me despierto,
no sea tan vanidoso, suelo no pensarle.
Llevo mucha prisa y en mi pensamiento no cabe.
Luego tomo papel y lápiz y decido hacerle poesía.
Eso es muy difícil, por que usted es más anarquía.
Ese cabello loco, esa barba y esa risa
no pueden plasmarse en dibujos, ni en melodías,
ni en escritos que rayo y estrujo como parte del enojo
que me causa no tenerle cerquita.
Sigo con mi día.
Hay días enteros, que le confieso, no le pienso.
No le pienso, no por que no quiera,
sino por que hasta el pensamiento de tanto recordarle
a veces se seca.
Necesito tiempo libre sin usted un momento.
Yo sé que a veces nos dejamos de ver,
nos dejamos de escuchar,
nos dejamos hasta (medio) olvidar.
Pero es usted muy necio,
aparece repentinamente en mi helado de fresa,
en mi flan, en mi sopa, y en mi té chai.
Otra vez me tiene, volviéndole a recordar.
entonces me decido, y le pregunto cómo está.
Usted lo sabe jovencito, siempre lo sabrá,
yo no le quiero poquito, yo le quiero un montonal.
Le quiero a la distancia, a mi ladito,
Le quiero cansado, desalineado, paseando por la ciudad.
A veces en el D.F., a veces en Texcoco, a veces en Tlaxcala,
donde sea siempre, siempre, le quiero igual.
He de confesarle, que a veces le pienso.
Y yo le digo a mi pensamiento,
que deje de ser caprichoso, que se olvide de vos,
pero ambos sabemos que, cuando se trate de
palabras sueltas, de mentiras descubiertas,
de cerrar las ventanas y abrir nuevas puertas,
de reír y llorar, de necesitarnos, a la distancia,
a la cercanía, en compañía o en plena soledad,
al final o al inicio, nos hemos de encontrar.
Usted cuenta conmigo, que yo sé,
que a mi lado siempre estará.
porque lo ha demostrado en cada oportunidad,
que sus oídos están dispuestos,
y sus brazos siempre me escucharán.
Así que, jovencito, no sea tan creído,
pero tenga en cuenta, que cuando sea necesario,
aquí me tendrá.
5 comentarios:
Me alegra bastante saber que uno que otro verso mío, te hace escribir muchos más con tanto sentimiento.
Un gustazo como siempre leerte Canelita.
Un abrazo :)
Gracias Ibeth, por dejarme robarte estos versos....
Y por pasearte por aquí, te lo dije hace unos días, no sé si mis letras evolucionan, pero este escrito guarda un sentimiento especial.
Un abrazo linda, espero encontrarte pronto!
Increiblemente hermoso.
Yo tampoco olvidare a vos.
Qué lindo, amiga bella!!!!
Es hermoso!!!
"Pero es usted muy necio,
aparece repentinamente en mi helado de fresa,
en mi flan, en mi sopa, y en mi té chai"
Esto es genial!
Tqm, un besote1
Amiga, gracias por pasar....
es así, aparece sin pedir permiso.
tqm...un abrazote con canela
=)
Publicar un comentario