Dedicatoria obvia: A él, que ya no me quiere.
Llévate la guitarra, esa es tuya.
La canción que nunca me escribiste,
el boleto a Texcoco con mi nombre,
es justo y te pertenece.
Déjame las tazas vacías de
los cafés que nos bebimos,
la foto de cuando nos conocimos,
las medias negras, incluso este escrito.
Y, bueno, a Sabina, Serrat, Oceransky y Delgadillo,
no nos queda más que compartirlos.
Nuestra canción la dividimos, puedes escoger
si quieres la mitad del inicio o la mitad del final.
Y los planes que teníamos para hacer juntos,
esos, se los dejamos al olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario