Me asomo por el balcón y te veo engalanada.
Eres una niña traviesa a la que le encanta jugar
a meterse en los corazones de todos
y guarda impecable su vestido de sábado,
con sus flores en la plaza central,
sus artesanos en Xicohténcatl,
su cafés en los portales y esas luces de Ocotlán.
A veces me gusta subir a tu cerrito,
te recorro despacito y te voy queriendo de más.
Allá tienes a tu Malintzi que, aunque nadie crea,
le gusta observar el carnaval.
Allá tienes a tu gente con sus máscaras,
que vuela papalotes,
que colorea tapetes, que baila de colores...
que sueña mientras te respira...
Aquí me tienes a mí, enamorada por completo de ti.
En momentos creo que has crecido
y empiezas a madurar,
te cambias la ropa y te vistes de mujer.
Tienes la piel morena y el cabello lacio.
A mí me gusta recordarte con sonrisa de niño,
con espíritu de aventurera y mirada clara y tranparente.
Qué importa mi Tlaxcalita
que me rompas el corazón en cada esquina,
que no seas sólo mía.
Yo te llevo conmigo en la sangre,
en mis ojos tristes de tlaxcalteca....
en mis pensamientos y en mi corazón de poeta.
3 comentarios:
nunca la pasión nos dejará intacto el corazón
la marca del querer se lleva en cada esquina
qué refrescante post me encantó el tema, parece una serenata, no en una noche citadina, sino, a la ciudad entera
abrazos
Qué bonito, tiene aires diferente y sobre todo el amor tuyo, porque te sorprende aunque hayas pisado sus calles repetidas veces.
Un abrazo.
Qy, Ibeth...
He tenido la oportunidad de vivir en varios estados de la República, Zacates, Guanajuato (que son hermosos), ahora en México, pero justo cuando llego a Tlaxcala es cuando me siento en casa.
Un beso para cada una.
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