sin que tú me vieras,
entonces me di cuenta
ante todo pronóstico
que también mi instinto te encuentra.
Sigues rodeado de soledad
con esas pestañas largas y aburridas
y lecciones que no terminan.
Y es que la gente se vuelve
nada mientras te rodea,
como si bastara tu mirada
para aprobar o rechazar,
como si siguieras siendo
dueño del mundo,
y esta tu ciudad se debiera a ti
y se pensara distinta a tu paso,
al honor que tienen sus cimientos
por hacer para ti un altar
y cualquier palabra se hiciera oración,
y aún así nada cambiara
y siguieras rodeado de nostalgia,
el lunes, el martes, el jueves, conmigo y sin mí.
Te vi
sin que tú me vieras,
con las manos repletas de desvelos,
el semblante distraído,
el cansancio acumulado,
(cómo preguntas si tenemos algo en común).
Te vi
y como si fuera un ciclo perpetuo,
qué más da si nos queremos,
me disculpo, te disculpo,
cumpliendo mis promesas,
para siempre
te sigo escribiendo.
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