Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

lunes, 8 de mayo de 2017

Sueño fugaz

De los sueños repentinos
...

De la noche sólo tengo el abrazo,
el sueño de tu voz diciendo
aquí estoy, hagamos las cosas bien,
¿cómo es que se han de hacer bien?

Mis manos vestidas de anillos de sacerdocio,
de tus propias promesas y votos
el tejido de nostalgias que me abriga
en tonos que elegiste un diciembre para mí.

Agua de rosas, jugos de cítricos, ya ni el chai,
en un eterno recuerdo, sin sabor ni olor,
la caja de puros que también me quitaste,
porque el vicio se fue…

Toma mi virtud y pégala a tu pecho,
haz que valga porque ya no queda nada,
sólo las memorias de promesas,
y el último juramento una mañana de febrero.

Por tu parte, las pinceladas de flor de loto,
ese fresco olor a manzanilla tibia para ti
que Dios esparció como gotas
la tarde de lluvia en manos del destino.

No queda nada, ni la esperanza ni el deseo
de un día ser bañada en aguas saladas
de tu templo, tus templos,
ni la divina forma de enlazarnos con la mirada.

Del abrazo sólo el sueño de la noche
la triste sensación de no escuchar tu voz:
aquí estoy, hagamos las cosas bien,
¿cómo es que se han de hacer bien?

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