Esta vida tan plácida me extingue...

De pequeña quería ser un ser ruidoso y decorativo...

sábado, 13 de agosto de 2011

Ni príncipes, ni cabronas!

Un príncipe azul te abre la puerta del carro. Es la frase que escribí hace mucho en mi pared.
El otro día platicaba con Mayra sobre los errores que hemos cometido, sobre cómo a veces das demasiado sin esperar nada a cambio. ¿Y porqué siempre damos sin condición cuando queremos?
Entonces llego a mis manos un libro con un título sobre cómo tenías que ser para convertirte en una "cabrona". Lo leí sin parar hasta el final. Intente interiorizar varias cosas en mi cabeza...intente entender cómo tenía que comportarme para ser una cabrona.
Ahora escucho esa canción que una amiga me presento.."soy revoltosa, soy escandaloza...y ejemplo de dama no soy". Me gusta escucharla 10 veces al día últimamente.
¿Qué un príncipe azul te abre la puerta del carro? Hasta ayer en la tarde lo entendí. No se trata de poner clasificaciones a las personas porque siguen patrones ¿o sí? No es un príncipe porque me abre la puerta, porque me invita un café, porque me presta su sweter cuando tengo frío...No eres una cabrona porque dices, hablas, piensas y hasta vistes de una forma.
Las personas actúan con base a sus principios, a sus ideas, a su medio.
Yo soy altanera, revoltosa y escandaloza porque así me gusta ser. Visto grandes escotes, y ninguna de mis blusas tiene mangas porque sino me da calor. Y apesar de eso me he quedado desarmada frente a los que un día consideré "príncipes azules".
Ayer lo entendí May...
Ayer lo entendí...No es un príncipe azul el que te abre la puerta, sino el que te hace sentir como princesa...
Y no se trata de ser una cabrona...sino de ser acertiva.



8 comentarios:

braulio dijo...

tienes mucha razon!!!
simplemente es que te haga reir y que te de su cariño y te acepte tal cual eres para que te sientas como pincesa!!


:J

Canela dijo...

Sip....no se necesita más que te haga sentir especial!

Ibeth Hache dijo...

Yo creo que sí hay príncipes y hay cabronas, muy particularmente, desde luego. Lo cierto es que nunca puedes dar demasiado sin esperar algo a cambio, porque entonces todas tus ganas, tu esfuerzo, tus letras, si acaso tu amor estarás desperdiciando, 'echando en saco roto', y eso no siempre te deja una buena sensación, al contrario se vuelve un 'malsano aburrimiento'. Al final, si existe como tal un 'príncipe azul -o el color que sea-' se me figura a un ser que te cuide y se agrande con tus letras y sobre todo que te quiera igual -no más, ni menos- que como tú lo haces, debe ser algo equitativo y entonces sí estaremos hablando de cabronas y príncipes.

P.D. Tu texto me recordó a uno que escribí hace unas semanas que lleva por título 'No ha nacido el cabrón', a ver si un día de estos lo publico.

Un abrazo y sigo pasando.

Canela dijo...

quiero leerlo Ibeth...
y tienes toda la razón....aprender a no dar todo sin esperar nada a cambio....
nunca es tarde para entenderlo verdad?

Ibeth Hache dijo...

No, nunca es tarde para entenderlo/aprenderlo, con el tiempo (yo creo) las letras y la vida te van enseñando a no dar mucho o todo, y no por frivolidad o alguna cosa así sino para protegerse uno.
A mí, las zancadillas -obligatorias de la vida- y las letras particularmente me han enseñado a dosificar mis afectos y mimos (hasta los que escribo) y no ha nacido el cabrón que cambie eso -quiero creer- me he vuelto implacable, por eso soy cabrona. :D

En estos días publico el texto.
Un abrazo.

Carolina Kato dijo...

Totalmente de acuerdo: "No es un príncipe azul el que te abre la puerta, sino el que te hace sentir como princesa..." (Anelita;2011)mmm... tal vez algunas veces tu eres tu propio príncipe azul cuando te consientes y te quieres... o algo así... jaja

Canela dijo...

Wow....creo que tienes razón.
No necesitamos esperar a un príncipe azul para sentirnos princesas....muy buen punto Carito...
Lo pondré en marcha!
:D

Canela dijo...

Por cierto, gracias por la cita tipo harvard...
No era necesaria!